
JUICIO
Que sea Lunas de hiel la primera película que comente del pequeñuelo asaltacunas polaco se me antoja extravagante, pero no absurdo. La genialidad de Polanski es Kafkiana: crea atmósferas oscuras e irrespirables; teje personajes desquiciados y depravados; nos invita a ver el reflejo de nuestra celda y a preguntarnos en qué confín están los muros que nos mantienen presos.
Lunas de hiel navega entre dos mares que se juntan: la depravación y el deseo. Un pasado tortuoso que se hace presente, que se siente en los ahoras de un escritor desquiciado con demasiada mierda encima como para tenerla estancada. En un barco y una pareja. Joven y británica. En un barco también el escritor que he citado. Él y su esposa. En un barco. El joven se queda prendado de la belleza salvaje de la mujer del escritor. Él escritor se da cuenta y la utiliza como reclamo para que el joven acuda a su camarote. En un barco se cuenta una historia. La hostoria de un romance tortuoso, autodestructivo. El joven siente el impulso y ama repentinamente a la joven. El amor y la pasión en un barco. Un pasado que como una tempestad sacude un barco.
Es cierto, no es un peliculón, pero algo tiene. Mejores impresiones me dejaron otros de sus trabajos: La inclasificable y desquiciada Repulsión (1965); La divertida y ligera El baile de los vampiros (1967); La terrorífica y claustrofóbica La semilla del diablo (1968); La intrigante y trasgresora Chinatown (1974); La paranoíca y curiosa El quimérico inquilino (1976); La devastadora y teatral La muerte de la doncella (1994); y, por qué no, la clásica y bien hecha El pianista (2002).
Es cierto, no es un peliculón, pero algo tiene. Mejores impresiones me dejaron otros de sus trabajos: La inclasificable y desquiciada Repulsión (1965); La divertida y ligera El baile de los vampiros (1967); La terrorífica y claustrofóbica La semilla del diablo (1968); La intrigante y trasgresora Chinatown (1974); La paranoíca y curiosa El quimérico inquilino (1976); La devastadora y teatral La muerte de la doncella (1994); y, por qué no, la clásica y bien hecha El pianista (2002).
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